La primera vez que leí, de pasada, lo de personas menstruantes en algún medio español (no recuerdo cual) a mí, que vivo en Estados Unidos y, aunque sigo la actualidad por internet, estoy lógicamente lejos de la sociedad española, me pareció algo como un chiste de mal gusto, no me lo tomé en serio. Después lo empecé a leer más a menudo, pero la verdad es que me parecía, sinceramente, algo tan sumamente estúpido que simplemente no le daba la menor importancia.
Hasta que leí esto:
En concreto, chicas y personas menstruantes recibirán un estuche con una copa menstrual, unas bragas absorbentes y una compresa reutilizable, explica el Govern.
Así que no me quedó más remedio que tomármelo en serio.
Soy un firme defensor de la igualdad de derechos de la mujer, como no podría ser de otra forma. Y llegar a esa igualdad ha costado muchísimo esfuerzo y sacrificio de muchas mujeres, sin la menor duda. Y hoy en día está desechado del lenguaje cualquier desprecio a las mujeres (salvo en ciertos machistas que son una extrema -nunca mejor dicho- minoría).
Menos en lo de personas menstruantes. Que creo que es una expresión despreciativa y humillante para cualquier mujer que se considere como tal. Porque una mujer, evidentemente, es más que una persona que menstrua. Mucho más. Pero este progrerío patrio se ha rendido al lobby trans, que, con muchísima influencia, representa un mínimo de personas.
Poco a poco por este lobby trans se está discriminando a las mujeres (el caso deportivo es clarísimo). Ahora por su culpa incluso se está borrando hasta la palabra mujer, que ya es decir.
La pregunta que me hago está ahí arriba. ¿Tanta lucha feminista para terminar como personas mestruantes por culpa de un progrerío rendido al poderoso y minoritario lobby trans? No, me niego. Un nuevo feminismo debe nacer, que defienda a la mujer como persona completa, con todos sus derechos. Y que por nada del mundo permita las discriminaciones y las humillaciones a las que el mentado lobby trans y sus influenciados la están sometiendo.
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