Entiendo que Sánchez pretendiera que que el socialista Frans Timmermans fuera el presidente de la Comisión Europea. Lo entiendo menos en Macron. Y no lo entiendo nada en Merkel.
Lo bueno es que el Partido Popular Europeo no tragó con eso, ni los países del este tampoco.
Al final Timmermans se va al cuerno. Y Sánchez también. Será Ursula Von der Leyen, una alemana conservadora, la presidenta de la Comisión Europea.
Josep Borrell se convertirá en el alto representante para la Política Exterior de la UE, un puesto con más ruido que nueces, pero que no está mal. Sánchez lo venderá como un gran éxito personal, pero en realidad ha fracaso, porque su gran apuesta, Frans Timmermans, no la pudo sacar adelante.
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