Hace tiempo me cuestioné la democracia en la Unión Europea. Ahora me encuentro con que parece haber algún avance en ese sentido:
La Comisión Europea ha diseñado las líneas maestras que deben regular las futuras ampliaciones de la Unión Europea tras la incorporación de Bulgaria y Rumania en enero de 2007. El objetivo es hacer frente al clima político de creciente hostilidad a la entrada de nuevos miembros al club europeo. El apoyo de los ciudadanos a nuevas ampliaciones ha descendido del 52% al 45% en los últimos dos años, según el Eurobarómetro. La propuesta del Ejecutivo comunitario es "aumentar la legitimidad democrática" de las futuras ampliaciones exigiendo para ello la aprobación de los ciudadanos.
Todo parece indicar que el rechazo a la Constitución Europea sumado a la impopularidad del intento de convertir a Turquía en miembro de la Unión Europea están haciendo reaccionar un poco a las élites dirigentes.
Y es que por medio está también esto:
Los líderes los Veinticinco han acordado respetar los compromisos adquiridos con los países candidatos a formar parte de la Unión Europea, pero han asegurado, en una cumbre celebrada en Bruselas, que serán más rigurosos en el cumplimiento de las condiciones para la adhesión.
Evidentemente esa rigurosidad en países candidatos se refiere a Turquía. Y es que todo parece apuntar en la dirección de dejar a Turquía fuera de la Unión Europea, y simplemente tener con dicho país una especie de "tratado preferencial" o algo así, de lo cual me alegro mucho.
También señalar que todo lo que sea consultar a los ciudadanos europeos sobre cuestiones que les afectan mucho es bueno. Ojalá que la cosa siga en esa dirección, y que dentro de poco no sean solamente las ampliaciones las que se sometan a consultas populares, sino otras muchas cuestiones.
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