Cuando cayó el dictador tunecino Ben Ali mostré mi alegría por el hecho en sí y mis dudas sobre el futuro. El tiempo, juez justo, ha demostrado que mis dudas estaban bien fundadas.
En las elecciones celebradas el domingo ha ganado el partido islamista. No ha arrasado, pero el apoyo obtenido de alrededor de un 40% deja bien a las claras las preferencias de los votantes tunecinos, y esas no son precisamente la tolerancia, el laicismo y la modernidad.
Nunca justificaré una dictadura, porque cada pueblo tiene derecho a elegir democráticamente su destino. Pero esa democracia no parece que vaya a ser entendida en ningún país musulmán como la entendemos los occidentales. Y menos aún cuestiones tales como la libertad individual y la tolerancia al diferente.
Pretender exportar los valores occidentales al mundo musulmán es simplemente una pérdida de tiempo.
Estoy de acuerdo, la unica manera de exportar esos valores es reconocer que la ideologia llamda Islam esta en contradicciion por ella esta tan en contradiccion con esos valores copmo el comunismo o el nazismo y que debe:mos esforzarnos en que le rechacen masivamente. Y no hablo del islamismo sino del Islam en si.
ResponderEliminarNo existe ningun país árabe que sea democrático. Ninguno. Esa gente no entiende de libertades ni de democracias de ninguna clase. Solo les va la fuerza y el despotismo. Lo único que cabe con ese sub-mundo es intentar que nos contaminen lo menos posible. Estos no entienden otro lenguaje que la razón de la fuerza, así llevan siglos. Y lo que queda. Occidente:Aprende a defenderte, sino acabaremos invadidos otra vez por la media luna.
ResponderEliminar