jueves, 24 de octubre de 2013

España, hacia el precipicio

 
Cuesta abajo, de noche, sin luces, sin frenos, sin conductor, a toda velocidad, borracha y teniendo sexo en el asiento de atrás. Dirigiéndose sin remedio hacia el precipicio, que no ve porque es más cómodo no verlo. España.

Una España sin convicciones, sin valores. ¿Dónde están valores como la moral, la familia o el sacrificio? La moral ha sido sustituida por el "todo vale" en todos los órdenes, la familia ha sido sustituida por una almagama de uniones, y el sacrificio ha sido sustituido por querer vivir bien sin hacer nada para merecerlo.

Tal vez España tuvo una oportunidad con Aznar, después de la influencia socialista desde 1982. No lo sé. Pero la doble elección de Zapatero (la primera cobarde, la segunda inmoral) provocó un desarme moral (matromonio homosexual, aborto libre, eliminación de la moral, etc.) que no tiene marcha atrás. Hoy la cultura (?) del sexo y el botellón lo impregna todo. En medio de eso la derecha española se avergüenza de serlo y ya no defiende nada (a diferencia de, por ejemplo, Estados Unidos, donde la derecha se siente orgullosa de serlo y defiende lo que cree).

La religiosidad católica de hace un par de generaciones ha sido sustituida simplemente por el materialismo más descarado. En América Latina esa religiosidad católica la están sustituyendo, con virtudes y defectos, las iglesias evangélicas. Pero en España a nivel moral ha sido sustituida por la nada más absoluta. Y la nada no puede existir. Algó vendrá a llenarla.

Y ese algo serán los musulmanes. Ya están dentro. Y avanzando. Sus creencias son totalmente erróneas, pero, a diferencia de la sociedad española actual, al menos tienen algunas. Son los enemigos que destruirán lo malo (la ausencia de moral, familia y sacrificio) junto con lo bueno (la libertad, la democracia). Pero ese estúpido pacifismo sin límites y esa aceptación, también sin límites, del multiculturismo hace que los españoles no los vean como tales. No ven el abismo. No lo verán hasta que ya sea demasiado tarde, cuando ya el automovil esté despeñándose en caída libre por él. Será demasiado tarde.

Yo no creo que lo vea. Probablemente no será en esta generación, tal vez tampoco en la siguiente. Pero sucederá sin remedio. Porque las condiciones están dadas y no hay marcha atrás. No hay solución.

Como he dicho tantas y tantas veces, me quiero equivocar. Deseo con todo mi corazón estar equivocado.

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