En mi país ya no hay ley. Quienes deciden todo son las carteles de los narcotraficantes. Roban, asaltan, trafican, secuestran, asesinan. No les pasa absolutamente nada.
Son palabras que pude escuchar esta mañana de un méxicano que conoce la realidad de su país. No sé si Estados Unidos debería intervenír en México o no. Supongo que no.
Lo que sí sé es que esos carteles cuando nacieron eran admirados por una gran cantidad de mexicanos, que veían con buenos ojos como los narcotraficantes invertían grandes sumas de dinero en sus pueblos, dinero procedente del delito en Estados Unidos. Hoy muchos de esos admiradores, o de sus hijos, están aterrorizados por lo que ven, o por lo que han sufrido en sus propias carnes o familias. Porque el delito, en forma de terror, y mucho más que en Estados Unidos, está en México.
Se sembraron vientos y se están cosechando tempestades. No me alegro, sino que me entristece, y mucho, porque, entre otras cosas, conozco a mucho mexicanos aquí cuyas familias allá han sufrido el vendaval. Pero es la realidad, dura realidad.
Lo que debe es desmovilizar a los funcionarios y poner fin a la guerra contra el comercio de drogas. Libertad frente a represión.
ResponderEliminar