La ruptura de Syriza parece, pues, consumada.
Es la conclusión a la que llega el artículo, después de explicar que en la votación de ayer el partido de Tsipras perdió 47 diputados (12 más que en las votaciones de julio), lo que representa un tercio del total. Nuevamente han sido los partidos de la oposición, proeuropeos (la casta) los que han apoyado el rescate.
En esta situación Tsipras ha anunciado que va a presentar una moción de confianza, en la cual los partidos de la oposición todo apunta a que no van a apoyarle.
Syriza está rota. Pienso que Tsipras perderá la moción de confianza y se verá obligado a convocar elecciones anticipadas y para las mismas los disidentes acabarán montando otro partido, que será antirrescate, el cual, producto de la demagogia antieuropea del propio Tsipras no hace mucho, puede obtener bastante apoyo electoral. Y Tsipras podría acabar políticamente ahorcado por la soga de la demagogia que él mismo fabricó, ironías de la vida.
Sea como fuere, sigue el sainete griego.
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