Sinceramente, no entiendo como Convergencia ha llegado donde ha llegado. Convergencia es un partido de derechas; muy nacionalista, sí, pero claramente de derechas. Su equivalente a nivel nacional sería el PP. Pues bien, Convergencia primero optó por echarse en los brazos de ERC para sacar adelante su plan independentista, un partido que a nivel nacional sería comparable más o menos a Podemos. Y ahora, ante el hecho de que con dicho partido no suma lo suficiente para conseguir sus planes, opta por aliarse nada más y nada menos que con la CUP, un partido de extrema izquierda (muy extrema, mucho) completamente antisistema, algo así como a nivel nacional sería el casi desconocido PTE-ORT.
¿Alguien puede imaginarse al PP aliándose con Podemos y con un partido incluso más a la izquierda de Podemos (mucho más)? Pues eso es lo que ha hecho Convergencia. La pregunta es ¿por qué?
Algunos dicen que la respuesta está contenida en estas palabras de Pujol cuando compareció en el Parlamento de Cataluña con motivo de su oculta fortuna: "Si vas segando la rama de un árbol cae la rama y al final caerán todas". Amenaza velada a todas luces.
Puede ser que no solamente Pujol desvió el ya famoso tres por ciento de comisiones ilegales a sus personales bolsillos, sino que hay más políticos catalanes que han hecho lo mismo, y Pujol lo sabe y amenaza con tirar de la manta y descubrirlos a todos si no le protegen por todos los medios a su alcance, legales e ilegales. Eso explicaría perfectamente que Mas, siendo Presidente de Cataluña, siga entrevistándose con un político como Pujol que está encausado por un delito de enriquecimiento ilícito y con toda la probabilidad de finalmente ser declarado culpable.
Tal vez todo ello explique las prisas y la locura de la proclamación de esta irreal e ilegal República de Cataluña. Todo no solo para alcanzar la independencia (que evidentemente no la van a alcanzar, y ellos lo saben), sino para demostrarle a Pujol que hicieron todo lo posible por salvarle de la quema, para ver si así Pujol calla y no descubre los desastres que podría tumbar a casi toda la clase política catalana que ha estado en el poder durante las última décadas.
Tan solo así se podría entender que unos minoritarios extremistas izquierdistas estén poniendo de rodillas a un partido de derecha tradicional líder en Cataluña. Vivir para ver.
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