Tratan al preso político venezolano Leopoldo López como golpista y a la delincuenta violenta argentina Milagro Sala como presa política. Y lo peor es que son casos aislados, sino que son ejemplos de lo que hacen constantemente.
Es el comunismo, damas y caballeros. Ayer, hoy y siempre. Sus amigos aunque sean violentos son, siempre, inocentes. Sus enemigos aunque sean pacíficos son, siempre, culpables. Lo que no entiendo es como hay gente (o sea, mucha gente) que apoya a esta gentuza.
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