Simplemente no entiendo los espectáculos que Vox está dando en plazas como las de las comunidades de Madrid y Murcia. Supongo que todo es producto del engaño a que han sido sometidos a nivel municipal por el PP, que les prometió concejalías y al final nada. Pero no puedo entender una actitud que no se sabe hacia donde va (tal vez ni ellos mismos lo sepan).
Es también incomprensible la actitud de Ciudadanos de, en teoría, no querer saber nada de Vox pero, en la práctica, detrás del telón buscar sus votos. Claro, ello obedece al menos a una estrategia, la de poder decir que ellos no pactan con los partidos extremistas, ni de izquieras (Podemos) ni de derechas (Vox).
Pero todo se hubiera solucionado desde un principio si Vox a nivel autonómico en los lugares donde sus diputados son necesiarios para dar la victoria al PP, empezando por Andalucía, hubiera exigido entrar en el gobierno en cuestión con un porcentaje de consejerías igual al porcentaje de diputados que tiene en el apoyo a la investidura. En esa línea me parece completamente irracional lo que le escuché a un líder del PP (no recuerdo quien) de que Vox es un recién llegado y no puede pedir sillones. Pues sí, los puede pedir. Es más, los debería exigir. Porque los votos valen lo mismo a los partidos nuevos que a los veteranos. Y las cosas se cambian desde el poder, y no desde la oposición o desde el apoyo exterior. Solo así podrá la ciudadanía ver si los gestores son buenos o malos. El apoyo exterior solo sirve para en las siguientes elecciones dar votos al apoyado.
Por eso, repito, Vox debió exigir consejerías en función de su peso en diputados y un acuerdo programático público firmado por todos los partidos que iban a compartir gobierno. Y si no se lo daban, liarse la manta a la cabeza, votar en contra y que saliera el sol por Antequera.
¿Era una apuesta arriesgada? Puede ser. Y como toda apuesta se puede ganar o perder, porque, de no llegarse a acuerdo y haber nuevas elecciones, Vox podía ser castigado por los votantes. Pero creo que hubiera sido una posición coherente y, además, fácilmente explicable a esos votantes.
Evidentemente en los gobiernos locales la cosa estaba un poco más difícil, porque ahí automáticamente gana la alcaldía la lista más votada si nadie obtiene mayoría absoluta. Pero si Vox, por pura coherencia, hubiera optado por exigir lo mismo, tal vez el resultados en el corto plazo hubieran sido bastantes alcaldes socialistas, pero después se les podía haber echado a través de mociones de censura.
Ahora bien, lo que me parece un total despropósito es este espectáculo de ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, para finalmente acabar convirtiéndose en la muleta del PP a cambio de una migajas. Que, como he dicho muchas veces, es lo que al final va a pasar en Madrid y en Murcia, aunque sea después de un largo mareamiendo de perdiz por parte de los voxeros. Un partido que está demostrando ser completamente amateur a la hora de negociar.
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