Hace unos días cené como un animal. Y hubo consecuencias. Por varios días. Así que ayer llamé a la clinica que me da atención médica. La recepcionista me pasó con la enfermera, a la cual le conté la historia. Me dijo que los sintómas eran compatibles con el COVID-19, así que me haría una cita con una doctora dentro de una hora, pero por teléfono.
A la hora indicada me llamó la doctora. La expliqué la misma historia. Me dio algunas indicaciones para resolver el problema y también me repitió eso de son síntomas compatibles con el COVID-19, aunque tuvo la amabilidad de añadir que era poco probable. De todos modos recomendó el test para descartarlo. Y me dijo que hasta que llegue el resultado (de tres a cinco días) debo estar confinado, y si los síntomas empeoran llamar a emergencia.
Después me preguntó que cuando podría ir a hacerme el test. Le dije que en ese mismo momento. Me dijo que adelante, y que cuando llegara al aparcamiento que estacionara debajo de la carpa y llamara y alguien saldría. Nos despedimos. Fui, aparqué bajo la señalada carpa y telefoneé al centro. Me dijeron que saldría una enfermera. Tras unos cinco minutos de espera salió una enfermera con su respectivo EPP, sin bajarme del coche me metió el mismo palito en cada fosa nasal (como molesta eso), me pidió perdón por las molestias, me repitió que el resultado tardaría entre tres y conco días, se despidió y se fue.
Y yo a casa. Confinado. Llamé al trabajo y les conté la historia. Me dijeron que todo bien, que cuando tenga el resultado que les llame si es positivo o les lleve el papel si es negativo.
Hoy me he sentido mucho mejor, casi perfectamente bien. Pero toca esperar al resultado. En confinamiento.
Lo increíble del tema es la rapidez como fue todo. En menos de dos horas desde la primera llamada al centro médico ya me habían realizado el test. Ya os contaré cuando me llamen con el resultado.
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