Ayer fue a Juan Carlos I y a su bello Principe de Asturias Felipe. Hoy es a Felipe VI y sus bellas hijas, la Princesa de Asturias Leonor y la Infanta Sofía. Quien lo dice no es precisamente alguien que pueda ser tachado de antimonárquico, sino Jaime Peñafiel, que afirma que los tales escribidores son unos babosos y cortesanos, con afirmaciones que sonrojan al lector y que a mí, como periodista, me sonroja lo que los compañeros a veces escriben.
Así están las cosas en esa España que gusta de admirar a la gente de clase superior, tal vez no a los políticos, pero si a la Familia Real. Debe ser que los que la admiran se consideraran a sí mismos como imaginarios, o tal vez simplemente falsos.
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