Leo que
el independentismo congela sus protestas hasta otoño para no ahuyentar el turismo nacional y pienso que hasta hace poco el independentismo catalán atacaba sin piedad tanto a los españoles del resto de España como a los turistas. Pero ahora, en medio de la brutal crisis económica que ya asoma, y que afectará particularmente al sector del turismo, ese mismo independentismo catalán necesita tontos que vayan a gastarse el dinero a Cataluña. Está por ver si los conseguirá.
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