Con retraso he leído uno de los artículos de Daniel Pipes que no es que sea bueno (todos los de él lo son), sino que es simplemente extraordinario:
La victoria electoral de Hamas: el amargo fruto de la democracia
En dicho texto este genial escritor expone la idea, corroborada por los hechos, de que mientras no se derrote al islamismo, promover la democracia entre dichos pueblos no llevará a nada.
Y como prueba él apunta ejemplos donde la democracia en países islámicos ha llevado a que venzan movimientos de lo más fanático: Egipto, Iraq, Líbano, Arabia Saudí, Afganistán, y el último aldabonazo, la ANP.
Por más que nos disguste a los que creemos en la democracia, tenemos que ver la realidad, que es lo que grita Daniel Pipes:
En resumen, las elecciones están llevando al poder a los enemigos más letales de Occidente.
Es decir, que democráticamente están llegado al poder los enemigos de la democracia y, sobre todo, de la libertad.
Por eso una de las conclusiones, verdaderamente dramática, a la que lleva Daniel Pipes es ésta:
Derrotar al islam radical: Sólo cuando los musulmanes vean que es un camino sentenciado al fracaso se abrirán a las alternativas.
Dramático, porque es totalmente cierto: Al islamismo hay que derrotarlo. No hay alternativa. Duro, pero real.
Significa Venezuela
ResponderEliminarLa democracia es una utopía, cuando una mayoria atonita de la sociedad se politiza, siempre el populismo y el fanatismo venceran, porque mueven masas.
Lo ideal es vencer la politización como arma, y el fanatismo, llamese Islamismo, Judaismo, Chavismo antes de llevar a la democracia a puntos practicos de progreso.
Nos conformaremos con que el islamismo radical no nos derrote. ¿Se puede imponer la democracia? Pregunta para debate.
ResponderEliminarAyer fue la Santa Inquisición. Hoy aún no hemos acabado del todo con el sangriento estalinismo, que Occidente y la Libertad ya tienen abierto otro frente, el Islamismo radical. Completamente de acuerdo con Daniel Pipes, hay que acabar con el islamismo radical.
ResponderEliminarSeñores liberales, confiesen de una vez que la democracia no les gusta nada, nada. Confiesen que solo la usan para vestir su ideologia, puramente fascista de dominio del rico sobre el pobre, con un disfraz que la haga mas tragable. Hablen claro y dejense de historias.
ResponderEliminarEso de derrotar al islamismo me suena a música celestial. El Islamismo funciona (al menos para los islamistas) y tiene bastante más arraigo que el liberalismo y el socialismo.
ResponderEliminar"...Far out numbered by Islamist organizations and sympathizers, Arab liberals face incredible odds. Rubin’s conclusion, that the Arabs must realize their faults and shortcomings, while coming up with solutions to the "thousand and one difficulties" facing the region, is not likely to please ideologues from the nationalist or Islamist camps. The Long War for Freedom answers the oft asked questions of "Why don’t Arabs and Muslims speak out against terrorism and aggression?" or "Where are the Arab Democrats?" by providing an abundance of clear and unequivocal examples, and presenting the arguments of Arab liberals in their own words. Prospects are bleak, but campaigners are committed and bold. Rubin’s book offers little hope as to the growth of liberal movements; that isn’t its point. It rather presents profiles in courage of brave Arabs who are working to put back in place the simplest foundations for democratization and liberalization in the Arab world. Rubin’s book is a must read for those concerned with or interested in Middle Eastern politics or history...más"
Sociológicamente el islamisnmo cuenta hoy con la simpatía (no necesariamente la colaboración) de hasta un 30% de los "aliados" de de Rodríguez.
Nadie se plantea cómo derrotar al abertzalismo del Goyerri. Ni el pleno empleo ni el mayor gasto público de toda España lo han agotado. No pararán hasta tener cuanto piden.
La única manera de que el islamisnmo sea derrotado algún sitio es impedir que el islam se presente en tu casa. Y no hay otra, y lo demás es vivir en estado de excepción (no en democracia) como ocurre emtre Marruecos e Indonesia, y verse forzado a emigrar antes o después.