viernes, 28 de abril de 2006

Un Gobierno sin dignidad

Desde el Gobierno todo son parabienes hacia las organizaciones del colectivo etarra, particularmente Batasuna. Solamente ha hecho falta que Batasuna dijera que los atentados de Barañáin y Getxo eran "hechos muy graves" para que el Gobierno lanzara las campanas al vuelo diciendo que "quienes no desean más actos de violencia y se solidarizan con las víctimas, están recorriendo el camino que todos deseamos".

Pero es que Batasuna no ha dicho ni tan siquiera eso, que no quiere más actos de violencia, sino que esos actos son hechos muy graves, que no es lo mismo. Es evidente que alguien puede cometer hechos muy graves, pero necesarios o convenientes; y esa es la línea que sigue Batasuna. Vamos, la de siempre, la de solidarizarse con la víctimas, la de no desear violencia, pero la de hacer culpable de esa violencia al Estado.

Y ahora no ha sido diferente, porque Batasuna ha dicho que "quiere que cuanto antes se puedan superar todas las expresiones de violencia", y ha añadido algunas de ellas: "el mantenimiento de la ilegalización, el encarcelamiento de Otegi y otros dirigentes, las fianzas millonarias, la detención y torturas de Ibon Meñika".

Vamos, que Batasuna sigue a lo de siempre, a equiparar la violencia terrorista con lo que ellos llaman "violencia del Estado", y justificar la primera por la segunda. Nada nuevo bajo el sol. Lo que sí es nuevo es que el Gobierno se alegre de esa estrategia dialéctica de siempre.

Pero es que, después del alborozo del Gobierno, ha llegado el varapalo de Batasuna, diciendo que el Gobierno "va por muy mal camino", para continuar haciendo exigencias políticas. Exigencias a las que posteriormente sumó la de Navarra, a la que el Gobierno solamente se atrevió a responder con la boca chica, como ya comenté.

Estamos viendo, por lo tanto, que hablar de arrepentimiento y rendición de los etarras sería, a no ser por la seriedad del caso, un verdadero chiste. Lo que hay dentro de las organizaciones de ETA son actitudes llenas de chulería, provocación y exigencias. Nada nuevo, por otra parte.

Lo triste es que mientras tanto el Gobierno sigue una estrategia de apaciguamiento, donde en ningún momento se atreve a llamar a las cosas por su nombre. Lo único que hace es seguir, fría y calculadamente, un discurso donde las palabras pierden todo su significado, y pueden tener cualquier sentido, incluso significando cosas totalmente contrarias, dependiendo de las condiciones (siempre futuras) que se den. Es decir, que estamos ante una política de manipulación de los ciudadanos, por medio de frases vacías de contenido, que nunca podrán ser utilizadas por nadie para decir que el Gobierno mintió, ya que nada concreto significan. Lo único concreto que hay por ahora encima de la mesa son las exigencias etarras, a las que desde el Gobierno no se les da respuesta alguna.

Por supuesto, desconozco el futuro, y en todo este asunto de la "tregua" etarra y la negociación con los asesinos cualquier cosa puede pasar. Lo que sí veo es que en el presente tenemos un Gobierno débil y entreguista, que únicamente sabe responder a la provocación de los asesinos con el apaciguamiento a los violentos. Un Gobierno sin dignidad.

1 comentario:

  1. Hay que tener una venda muy negra en los ojos para negar que lo que ha dicho Batasuna es algo nuevo y algo más positivo que lo que hacía antes, pero claro, aquí manipuláis a vuestro antojo.

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