La actitud de Irán está totalmente clara. No solamente ha desoído las exigencias de la comunidad internacional de paralizar su programa nuclear, sino que además ha acelerado sus programas de enriquecimiento de uranio. Y no lo ha dicho Estados Unidos, sino la Agencia Internacional de Energía Atómica, por medio de su director, el casi proiraní (es mi opinión personal) Mohamed El Baradei.
Hasta que punto habrán llegado las cosas que este hombre y esta agencia, proclives a barrer para Irán ante cualquier posibilidad de la más mínima duda, han tenido que escribir y publicar un informe que deja completamente a las claras las ya descaradas ansias nucleares iraníes.
Ya nada más se puede hacer por la vía de la verificación, una vez que es ésta ha dado como resultado que Irán va exactamente en la dirección contrario de lo que se le exigía. Ahora quien tiene que tomar decisiones es el Consejo de Seguridad de la ONU. Ahora tendremos la oportunidad de ver si efectivamente este organismo sirve para algo o si sus reuniones se quedan en solamente palabras pero a la hora de tomar decisiones se vuelve nulo. Todo apunta a que la próxima semana empezaremos a ver la dirección que sigue.
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