La reforma encalla: el PSOE quiere flexibilidad y el PP exige déficit cero.La que se ha montado en el PSOE a cuenta del anuncio por sorpresa de Zapatero de la reforma constitucional para fijar el tope del gasto y de la deuda. Y es que tanto la izquierda en el PSOE como los catalanes en el PSOE están mostrando un desacuerdo rayano en lo absoluto. Está siendo de tal calibre el lío organizado que no me sorprendería nada que los socialistas al final propongan un texto tan ambiguo que no diga nada, apoyados por los nacionalistas; un texto que el PP, en buena lógica, se vería obligado a rechazar, cargando así con la culpa de que no haya reforma constitucional.
El artículo de El País, buen conocedor de las alcantarillas socialistas, me da la impresión de que va en esa dirección, cuando dice:
La reclamación de una “cierta flexibilidad” en el compromiso de déficit por parte del PSOE, cuya delegación encabeza el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, choca con la rigidez de la representación del PP, con Soraya Saénz de Santamaría al frente. “El PP ha venido con un planteamiento de equilibrio puro y duro, de déficit cero”, explicaban ayer fuentes de la delegación socialista.A lo que añade más adelante:
También pretende ampliar el consenso, más allá del PP, con los partidos nacionalistas y de izquierdas, de modo que resulte lo más parecido al que tuvo la Constitución de 1978.Cuando ya los nacionalistas han dicho que no están de acuerdo con limitar su control sobre la economía de sus respectivos territorios, y la izquierda no quiere ni oír hablar de la reforma.
Podría ser que simplemente los socialistas estén dando marcha atrás ante la que se ha liado en su propio gallinero.
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