Los griegos votaron democráticamente hace unos meses a un partido radical y hoy democráticamente han decidido seguir igualmente por la senda del radicalismo. Es su democrático derecho.
Lo único que espero es que los demás gobiernos, igual de democráticamente elegidos que el griego, actúen en consecuencia, y no cedan ante la posición de fuerza de los griegos. Si lo hicieran sería una señal de que para conseguir beneficios lo que hay que hacer es votar a fuerzas radicales. En vez de ello lo que deben hacer es dejar que los griegos sigan el camino que libremente han emprendido.
En ese camino les deseo lo mejor. Aunque dudo mucho de que mi deseo se convierta en realidad.
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