Estaba yo en Twitter dando vueltas e intentando aprender de como funciona el invento cuando me enteré de que el Ministro de Economía de Grecia, Yanis Varufakis, había dimitido (teóricamente). Mentiría si dijera que me lo esperaba, pero también mentiría si dijera que me sorprendió. Y es que lo que pude ver en la entrevista de "El Mundo" a este hombre, de la que me hice eco, fue un político completamente descolocado.
Sobre la dimisión del susodicho, al parecer en el mismo mensaje de despedida que escribió en Twitter (me da pereza buscarlo, perdón) dijo que los ministros de finanzas de la UE no querían negociar con él, por lo que Tsipras le dijo que era mejor que dejase su cargo. Vamos, que simplemente le dijo que se fuera. Y no es para menos. Según tengo entendido los ministros de economía de la UE temían que empezase a hablar, porque cuando comenzaba no terminaba, y he leído que en sus largos discursos (más en plan de profesor de universidad ante sus alumnos que de ministro ante sus iguales) se dedicaba a enseñar a sus colegas como mejorar el Sistema financiero y el euro; creo que es la primera vez en mi vida que escucho de alguien que pide dinero que va dando lecciones a sus prestamistas.
En esas circunstancias no me extraña que Tsipras, quien sabe que necesita el dinero de la UE exactamente igual que antes del referéndum, haya prescindido de Varoufakis. Veremos lo que da de sí su sustituto.
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