El texto pone los pelos de punta. Pero estas muestras de xenofobia y fanatismo, injustificables sin duda, hay que enmarcarlas en la política de Angela Merkel del "todos los refugiados bienvenidos", totalmente errada sin duda. Cuando una sociedad se abre casi sin control (o sin el casi) a unos fanáticos (la inmensa mayoría de los refugiados), aparecen como reacción otros fanáticos, iguales o peores (los xenófobos).
¿La solución? Pues creo que es totalmente clara. Limitar las políticas de los refugiados políticos a eso, los refugiados políticos, previa clara demostración de que lo son con pruebas feacientes, y darles refugio en el primer país seguro que pisen (que es lo legal) y no en el país de su elección (porque esto último les convierte en emigrantes económicos).
Si no se aplica la ley a rajatabla Europa corre el riesgo de que estos ya enfrentamientos civiles se multipliquen, con la seguridad de que al final va a haber inocentes entre las víctimas.
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