Increíble pero cierto. En el corazón de la Europa supuestamente libre, en Holanda. Vía Elentir me entero de que policías holandeses fueron a visitar a un liberal por opinar en Twitter en contra de la política del Gobierno en matería de refugiados. Esa visita en mi opinión solo tiene un calificativo: Coacción.
Lo curioso es que a la coacción añaden la desvergüenza, al decir, literalmente, que "no se pretendía cerrar la boca a este hombre". ¿Y entonces cuál fue la razón de la visita? El párrafo completo dice esto:
Sobre el caso de Jongeneel, un portavoz del Ayuntamiento de Sliedrecht declaró que “no se pretendía cerrar la boca a este hombre. En realidad no. Creemos que todo el mundo debería ser capaz de expresar su opinión” y descartó que el asunto se abordase “como si viviésemos en un estado policial”.
Y, por lo que dice, se pueden sacar varias conclusiones ante la evidencia de lo que niegan. La primera, que pretendían acallar a ese hombre. La segunda, que actúan para que los que piensan en contra de determinadas políticas del Gobierno, en este caso la de los refugiados, no sean capaces de expresar su opinión. Y la tercera que, al ser la policía la que actuó, sin mediar para nada una instancia judicial, se están comportando como un estado policial.
A ese punto se está llegando en Europa... para defender a los quieren destruir Europa... de la opinión (sí, tan solo la opinión) de aquellos que defienden verdaderamente a Europa. Pobre Europa.
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