Ya he dejado claro por aquí que lo que está viviendo España de hecho es un estado de excepción encubierto. Uno pensaría que cuando se acabara llegaría la libertad. Pero nada más lejos de la realidad. Cuando se levanten las actuales brutales restricciones de la libertad individual llegarán otras, menos brutales, pero restricciones al fin y al cabo.
En la práctica cuando termine el actual estado de excepción se pondrá en práctica un esdado de alarma de hecho (y sin control parlamentario). ¿Por cuánto tiempo? Ni idea. Pero parece que en España la violación de la libertad individual ha llegado para quedarse. Y aparentemente con la aquiescencia de la mayoría del personal. Que tiene mérito.
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