Acabaron los octavos de final del Mundial de Fútbol. Y pasaron a cuartos todos los grandes favoritos... menos
España, que cayó de muy mala manera ante Marruecos, un equipo de categoría muy inferior (todo está dicho con tan solo mencionar que su mayor éxito mundialista fue un pase a octavos, hace 36 años), en la tanda de penaltis tras empatar a cero. España controló el balón, pero muy poco más. Casi nunca hubo sensación de que pudiera ganar el partido, salvo algunos destellos aislados (también Marruecos pudo ganarlo en alguna oportunidad). Luis Enrique hizo los cambios tarde; en mi opinión debió hacer dos o tres cambios en el descanso, tomando en cuenta que tenía la posibilidad de cinco en total, para dar algo de profundidad al juego, de la que careció por completo en la primera parte y a la postre en todo el partido. Y de la tanda de penaltis, sabemos que es una lotería, pero es increíble que un equipo del nivel (teórico, que práctico es otra cosa) de España falle tres disparos de tres.
Y es que a mí, que esperaba poco de la selección española (España se verá las caras con Marruecos, a quien debería ganar sin mayores problemas, para luego jugar un partido a cara de perro en los cuartos contra Portugal era mi previsión), incluso así consiguió defraudarme, que ya es decir.
Dicen que no hay mal que por bien no venga. Esperemos que esto sirva para que Luis Enrique deje de ser el seleccionador nacional y pongan en su lugar a alguien medianamente serio y que sea un revulsivo para que España llegue un poco (o mucho, ojalá) más arriba (aunque con Rubiales al frente del fútbol español cualquier cosa puede pasar, que se quede Luis Enrique o incluso que traiga a otro peor -sí, peor; recuerden que toda situación tiene la posibilidad de empeorar-).
Sobre los demás, como dije al principio, excepto España pasaron a octavos de final los favoritos, lo que nos deparará unos cuartos de final con unos muy interesantes partidos, un par de ellos con sabor a final espectacular (Holanda-Argentina e Inglaterra-Francia) y los otros más o menos decididos de antemano (Croacia-Brasil y Marruecos-Portugal), aún más tomando en cuenta las goleadas en cuartos de Brasil y Portugal.
Poco a poco se va acercando la hora de los grandes. Entre los que no estará España. Pero el Mundial sigue.
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