Sé que el calificativo es grueso, pero lo que está haciendo con las mujeres el Ministerio de Igualdad por activa y Presidencia del Gobierno por pasiva, al aceptarlo, es casi criminal (tal vez sin el casi). Por un lado han rebajado por la parte baja las penas por violación. Por otro animan a las chicas a adentrarse en zonas manifiestamente peligrosas con la filosofía de "sola y borracha quiero llegar a casa".
Aquí no se trata de reinserción del violador y derechos de las chicas. Se trata de que no solo no aumentan los castigos, sino que los bajan, rebajando una de las funciones de las penas, que es la disuasión, desprotegiendo aún más a las mujeres; y de que no animan a las chicas a una evidente autoprotección que forma parte de nuestras vidas (yo hay zonas en Houston donde no se me ocurriría entrar, ni tan siquiera en coche, a determinadas horas de la noche, aunque tengo todo el derecho a hacerlo), sino más bien a una desprotección que las pone en situaciones de evidente peligro.
Lo mejor de todo (es un decir, claro) es que van por la vida presumiendo de ser las (y los) más feministas del mundo. Y hasta es posible que se lo crean.
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