Si es que nuestros gobernantes socialistas tuvieran vergüenzas, se habrían quedado con ellas al aire. Y es que lo de España frente a Estados Unidos, a raíz de la venta de aviones españoles con tecnología estadounidense a Venezuela, ha sido (está siendo) verdaderamente bochornoso.
Por un lado el Gobierno español, siempre deseoso (siguiendo su política de arrastrarse ante los estadounidenses) de disfrazar las altamente negativas relaciones entre España y Estados Unidos, aunque sea con mentiras más que evidentes, se apresuro a esto:
Según ha declarado Manuel Cacho, secretario de Comunicación del Ministerio de Asuntos Exteriores, la medida adoptada "es una decisión comercial".
Pero he aquí que el Gobierno estadounidense, que en el pasado no ha tenido piedad con Zapatero y sus muchachos, sigue sin tenerla, y no deja pasar oportunidad para humillar públicamente a los socialistas españoles por sus desvaríos en política exterior, pasados y presentes. Y esta vez fue un gol a puerta vacía:
La embajada estadounidense en Madrid ha desmentido al Gobierno español sobre el veto a la venta de aviones a Venezuela, al subrayar que el anuncio de ayer "es una decisión del Gobierno estadounidense" y, por tanto, no de empresas norteamericanas, según indicó el portavoz de la embajada de EEUU John Law.
Pero es que los estadounidenses no se conformaron con eso, sino que siguieron profundizando en la humillación:
La Administración Bush consideró "cuidadosamente" la solicitud y decidió no autorizar dicha transferencia de tecnología bajo licencia.
Pero el colofón, humillante hasta producir vergüenza ajena, es éste:
En este sentido, se recordó que el Gobierno de George W. Bush ha repetido pública y privadamente en numerosas ocasiones sus "preocupaciones concernientes" con el régimen de Hugo Chávez.
"A pesar de haber sido elegido democráticamente, el Gobierno del Presidente Hugo Chávez sistemáticamente ha socavado las instituciones democráticas, presionado y acosado los medios de comunicación y la oposición política, y progresivamente incrementa su modelo de autocracia y oposición a la democracia", opinó el Ejecutivo estadounidense.
"En una región necesitada de estabilidad política, las acciones y frecuentes declaraciones del Gobierno de Venezuela, contribuyen a una inestabilidad regional. Esta propuesta de venta de plataformas aéreas tiene el potencial de complicar la situación", concluyó.
Si Moratinos tuviera algo de vergüenza, lo que tendría que hacer es dimitir. Y si no lo hace, y fuera Zapatero quien tuviera ese mínimo de vergüenza, debería cesarle de forma fulminante. Aunque por supuesto ya sé que es mucho pedir.
Y es que no solamente es el gesto, lamentable, de la venta de aviones a Venezuela. Es el veto estadounidense. Es la mentira más que evidente en el por qué se efectuó dicho veto. Es el hecho de que Estados Unidos, sin compasión alguna, deja al Ministerio de Asuntos Exteriores de España (una vez más) en evidencia ante la opinión pública.
¿Hasta cuando Zapatero preferirá pactar con dirigentes comunistas en vez de con Estados Unidos? ¿Hasta cuando Zapatero hará, además, la política de humillación y arrastre que ha hecho hacia Estados Unidos desde que Bush ganó las elecciones?
En política exterior los errores se pagan, y muy caros. Pero añadir al error pasado y presente la indignidad más absoluta, es demasiado.
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