El exceso de trabajo me ha mantenido alejado de mi blog unos días. Aprovecho la ocasión para escribir algo sobre un tema ya pasado, acerca del cual no escribí en su día por lo mismo (muchas noticias y poco tiempo por mi parte).
Hace ya tiempo opiné que me alegraba de la imputación de Pedro J. por parte del juez Del Olmo por un supuesto delito de desobediencia por no querer revelar sus fuentes en unas informaciones sobre el sumario del 11-M. Mi alegría se fundamentaba en que era hora de saber que primaba en España, si la libertad de información o el secreto judicial.
Pues bien, he aquí que el 21 de Septiembre (hace casi cuatro meses, ya lo sé) el juez de primera instancia encargado del tema le dio carpetazo al asunto, basándose en derechos constitucionales y secreto profesional.
Me alegro nuevamente. Vamos por buen camino. La libertad de información quedó protegida judicialmente. Y ello me lleva a escribir sobre un tema de más actualidad: Los intentos de la implantación de la censura informativa en España por parte de los gobernantes socialistas que desgraciadamente padecemos. No creo que lo consigan. Lo intentarán, pero ahora pienso que fracasarán. Si la justicia española sigue esa misma doctrina, finalmente, aunque sea en el Tribunal Constitucional, la libertad de información ganará y la censura socialista perderá. Aún hay esperanza.
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