Cecil

No soy vegetariano. Sí estoy en contra del maltrato animal por diversión, como puede verse en la zona de campañas de este blog. Estoy en contra del "espectáculo" taurino español y de los "espectáculos" de toros embolados en Cataluña, de las peleas de perros y de las peleas de gallos, de cuando un rey español caza a un elefante y, también, de cuando un dentista estadounidense caza a un famoso león.

Pero, dicho todo lo anterior, pongamos las cosas en perspectiva. A Walter Palmer, el estadounidense que cazó al famoso león Cecil, le han dicho que su alma se va a pasar la eternidad en el infierno por ello. Como eso es un asunto espiritual futuro no pasa de ser una mera opinión, fanática, pero opinión. Más graves son las peticiones de los que quieren adelantar ese paso al infierno de Palmer por medio de pedir directamente que sea condenado a muerte. Por haber matado a uno de los animales con más instinto asesino del planeta (recordemos que llega al punto de cuando toma la posición de macho dominante de la manada mata a los cachorros del anterior macho dominante). ¡Por favor!

Y en medio de todo este circo nadie habla de los corruptos gobiernos africanos que usan a sus animales salvajes para obtener suculentos beneficios económicos por permisos de caza, como el que le concedieron a un ciudadano de Texas para matar a un rinoceronte negro por 350.000 dólares.

Pero, volviendo al tema de la caza de Cecil, me parece mal. Pero peor me parece la caza de Walter Palmer por parte de unos fanáticos. Si lo que hizo fue legal, pues nada, a fastidiarse, por más que no guste (como es mi caso). Y si fue ilegal, que sea juzgado y condenado por ello, en el país que sea pertinente.

Y que todo este circo mediático termine. Que hay causas mucho más justas que criticar la muerte de un león, y prácticamente nadie las defiende, ni tienen el menor eco en la prensa.