Creo que fue en Baleares donde los profesores la montaron parda, con el silencio cómplice de los padres, cuando el gobierno autonómico intentó aplicar en la escuela pública un modelo de enseñanza trilingüe, creo recordar que impartiendo igual número de asignaturas en español, catalán e inglés. Al final se llegó a una preponderancia de la lengua vernácula, hablada y entendida por la impresionante cifra de unos catorce millones de personas (si incluimos Cataluña y Comunidad Valenciana), dejando el español y el inglés como una especie de apéndices. Adios al trilingüismo, bienvenido el monolingüismo. Historia que se repite en Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Trilingüismo que, hay que dejarlo claro, tampoco es practicado en los colegios privados carísimos donde van los hijos de las élites nacionalistas que defienden el monolingüismo pancatalista en la escuela pública de las tres comunidades de marras. Y es que en dichas escuelas privadas elitistas no se practica el trilingüismo porque es practicado el tetralingüismo, ya que a español, inglés y catalán ellos le añaden el francés, saliendo sus hijos de dichos colegios dominando perfectamente cuatro idiomas (por lo menos).
Vamos, que los hijos de las élites nacionalistas se pueden pasear, trabajar y negociar por prácticamente todo el mundo mundial, mientras que los hijos de los súbditos nacionalistas (y los de los ciudadanos no nacionalistas) quedan límitados a los Paísos Catalans. Lo que no entiendo (y no lo entiendo, de verdad) es como hay padres que pueden defender semejante barbaridad educativa para sus hijos.
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