Así, con todas las letras. Muertos. Y es que lo que leo empieza a poner los pelos de punta. No me refiero a la barbaridad política de las aprobaciones de la Ley del Referéndum y de la Ley de Transitoriedad, en las que se violaron todas las normas posibles (reglamento del Parlamento Catalán, Estatuto, Constitución y posiblemente más) e inlcuso se silenció a la oposición (que, recordemos, representa a más de la mitad de los votantes catalanes). Me refiero a lo que veo que está viniendo detrás. El Gobierno de Cataluña diciendo que es obligatorio que acudan a las mesas de votación los ciudadanos a quienes les toque administrarlas. Los alcaldes que no quieren cooperar con el dislate sufriendo todas las presiones habidas y por haber. La Guardia Civil teniendo que soportar provocaciones continuas por parte de la CUP. Esa CUP adueñándose de la calle en el peor sentido de la expresión. Grupos de extrema derecha dispuestos a disputarla la calle a la CUP, con todo lo que ello implica.
Los separatistas están crecidos. Y lo están porque el señor Rajoy se limitó a hablar cuando el 9-N, pero no hizo nada, absolutamente nada. Más o menos lo mismo que ahora hasta este momento. Mucho recurso y mucha historia pero nada más. Y mientras tanto en Cataluña los ciudadanos de a pie y los funcionarios completamente desprotegidos, al menos por ahora, por parte del Estado Español, atrapados entre dos legalidades contrarias, la legalidad legal española y la legalidad ilegal catalana (valga la expresión, para que nos entendamos). Y presionados hasta el límite por los separatistas catalanes, mientras que Rajoy (o sea, el Estado Español) mucho bla, bla, bla pero nada más.
Cuando este tipo de conflictos suceden, los que los abren y los que los cierran son los políticos, pero los muertos los ponen entre medias algunos integrantes del pueblo llano
que se dejaron embaucar por esos políticos. Como
muestra de como se las gastan dichos políticos
teóricamente enfrentados, ahí está el compadreo de Alicia Sánchez-Camacho y Andrea Levy con Puigdemont. Y mientras tanto la sociedad catalana dividida en dos mitades casi iguales y al borde del enfrentamiento civil.
No se puede esperar bajo ningún concepto a que las urnas se intenten poner el 1-O para impedirlo. Eso puede ser un desastre que, repito, puede desembocar en muertos. Rajoy debe entender la gravedad del momento y aplicar ¡ya! o el artículo 155 de la Constitución o la Ley de Seguridad Nacional o el Estado de Excepción o lo que sea. Pero, sea cual sea la medida o medidas, debe quitar la autoridad a Puigdemont y al Gobierno de Cataluña de una buena vez y traspasarla a quien le toque (no sé si al Delegado del Gobierno en Cataluña, al Ministro del Interior, a la Vicepresidenta, al mismo Presidente de Gobierno o a otro cargo).
Rajoy no se puede limitar con judicializar el asunto, poniendo recurso tras recurso y denuncia tras denuncia, que son sistemáticamente ignorados por los separatistas. Rajoy
tiene que actuar. Los ciudadanos catalanes no
nacionalistas han sido abandonados por completo por el Estado desde hace mucho tiempo. Y eso, repito, hay que cambiarlo ¡ya! en las actuales circunstancias, que son mucho mas graves que las anteriores, para que todos, los sepatatistas y los que no lo son, sepan a que atenerse. De lo contrario, reitero, se pueden ver el 1-O muertos en las calles de Cataluña. Y la culpa será, por activa, de los separatistas catalanes. Pero también lo será, por pasiva, de Rajoy, por dejadez. Esperemos que el Presidente del Gobierno de España asuma su responsabildiad para que eso no ocurra y haga antes de que suceda lo que debe hacer.
Los independentistas y en especial la CUP necesitan algun muerto para vender el victimismo de la represión hacia ese supuesto pueblo catalán.
ResponderEliminarLo peor de todo es que al paso que van lo conseguirán, antes o después del 1-O, les da igual.
Bien bajo el nombre de Terra LLiure u otra franquicia los volveremos a tener en activo.
Ese es el problema, que los separatistas en general y la CUP en particular quieren muertos. Esperemos por el bien de todos que no los haya. Y esperemos que la cabra no tire al monte y no haya que padecer terrorismo independentista catalán.
EliminarEsperemos.
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