Putin va en serio. Ya no se trata únicamente de sus exigencias del año pasado de que la OTAN replegara sus efectivos a posiciones anteriores a la disolución del Pacto de Varsovia. Tampoco le basta su invasión de Ucrania. Es que ahora se permite amenazar a Finlandia y Suecia si dichas naciones optan por, sintiendo el riesgo ruso a su lado, ingresar en la OTAN.
No solamente se trata de la soberanía para tomar decisiones de Finlancia y Suecia. Estonia, Letonia y Lituania, miembros de la OTAN y exrepublicas soviéticas, están en peligro. Como igualmente lo están los ocho países que activaron el artículo 4 de la organización.
Evidentemente hay que parar los pies a Putin. Y hay que hacerlo antes de que invada un país con cuya intervanción podría provocar un conflicto militar ante el cual lo actual de Ucrania podría convertirse, por increíble que parezca, en algo completamente menor. La única forma sería, por una parte, integrar en la OTAN rápidamente a Finlancia y Suecia si dichos países lo desean y, a continuación, desplegar una fuerza de disuasión a lo largo de toda la frontera de la OTAN con Rusia (excepto los países que no lo consideraran necesario). Evidentemente eso incluiría, además de las recién ingresadas (Finlancia y Suecia, ya amenazadas) y de las repúblicas exsoviéticas (Estonia, Letonia y Lituania, bajo permanente amenaza), los otros cinco países que también se sienten amenazados (Bulgaria, República Checa, Polonia, Rumanía y Eslovaquia). Por lo menos.
No es descabellado pensar que eso podría requerir de un ejército de medio millón de soldados, e incluso es posible que más. Pero la OTAN puede hacer ese despliegue sin mayores problemas. Lo que está claro es que no es suficiente con los 40.000 de la fuerza de reacción de la Alianza Atlántica, que no pasa de ser un gesto (uno más, como el de las durísimas sanciones... económicas). Hay que abandonar los gestos y adentrarse en el camino de los hechos, por duro que sea.
Y es necesario tomar esas medidas, porque el único lenguaje que Putin entiende es el de la guerra, como ya ha demostrado en muchas ocasiones. Nadie está sugiriendo declarar la guerra a Rusia. Pero sí que hay que prevenir un ataque de dicho país. Se llama disuasión y es una forma mucho más eficiente para prevenir la guerra que la cobardía.
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