Los
primeros datos que tuve sobre el paso de la tormenta tropical
Stan por Centroamérica eran de más de cincuenta muertos.
Después más de doscientos.
Ahora desgraciadamente hay que multiplicar esa última cifra por diez, y asumir que los fallecidos son más de dos mil. Terrible. Ante algo así, como he dicho antes, lo único que se puede hacer es sentir impotencia y dolor.
Tranquilidad para todos; dicen desde Moncloa que ha desaparecido la "inquietud colectiva" entorno a la visita de Fidel.Se queda en Cuba para controlar la devastación de Stan.
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