"Junqueras se niega a dar órdenes por escrito sobre el referéndum. El riesgo de inhabilitación agudiza las tensiones entre los consejeros convergentes y el vicepresidente de la Generalidad."
La comedia bufa de mala calidad (que, ojo, no es descartable que bajo algunas circunstancias se convierta en drama, incluso en tragedia) del independentismo catalán es así. Todos son muy valientes de cara a la galería, pero a la hora de la verdad, cuando hay que firmar, se achican porque no quieren que una inhabilitación haga que un "compañero" de partido o de coalición (ya sabemos que los adversarios políticos son los de fuera, mientras que los enemigos políticos son los de dentro; que se lo pregunten a Pedro Sánchez, por ejemplo) aproveche la ocasión para mandarles al rincón del olvido.
Veremos como se sigue desarrollando este sainete de pueblo (sainete malo y de pueblo malo, las dos cosas juntas) que es el supuesto camino hacia la secesión de Cataluña. Esperemos que todo quede en una payasada y que no haya que lamentar males mayores.
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