Con el cariz que están tomando los devaneos judiciales que acosan al PP y la destrucción desde dentro que amenaza con anular al PSOE, los que aún albergan la esperanza de reformar el sistema bien pudieran sentirse más animados al ver como las dos rémoras que han detentado el poder en nuestra partidocracia ven próximo su final.
No obstante, no deben olvidar que cualquier reforma de calado seguirá precisando de la concurrencia de esos cadávares políticos insepultos que son ya PP y PSOE. Y ya sean Soraya o Cifuentes las que se hagan con las riendas del PP, o Díaz o Sánchez los que pasen a encabezar el PSOE; cualquier pretendida reforma sustancial, que precisaría su apoyo para salir adelante, sólo lograra dotar de nueva legitimidad al corrompido sistema y a sus pasados y vigentes usufructuarios.
Y dicho sea de paso, no veo a ninguno de los nombrados defendiendo que se cambie la ley electoral para que podamos estar representados por nuestro diputado de distrito. Con respecto a C's, sus "ideas" van de las listas abiertas (que es más de lo mismo, dado que sigue sin existir representación del elector), al modelo "parlamentario" alemán, que mezcla diputados elegidos por sistema proporcional y mayoritario (rebajando a los segundos a la altura de los primeros); a la vez que propone eliminar el único caso en el que los españoles podían votar en "listas abiertas" eligiendo a su representante de forma mayoritaria. Lástima que el Senado, en nuestro "bicameralismo imperfecto", no sirva para casi nada (el "casi" es porque, al menos, asegura un buen sueldo para algunos)
Lo triste es que en medio de este lodazal no aparezca, como he dicho tantas veces, una alternativa liberal (en forma de coalición de partidos y movimientos) con 5 o 10 propuestas claras.
Reitero que contra lo que se debe luchar no es contra los elementos corruptos, partidos políticos estatales, sino contra el sistema en su conjunto. La corrupción es sistémica. Es un factor de gobernabilidad en una partitocracia. Y ello nunca podrá criticarse con la contundencia que precisa estando dentro del sistema, convirtiéndose en parte del mismo. Ahora más que nunca, estando las instituciones están casi unánimemente desacreditadas, cualquier alternativa que ansíe un cambio radical, máxime si persigue instaurar las reglas de juego que conviertan a España en una democracia formal (separación de poderes, representación del elector, sometimiento de los partidos a la sociedad civil), no puede desarrollarse desde dentro. Constituir un partido más, integrado en el sistema, sentándose al lado de los postfranquistas del PP, los neofranquistas del PSOE y C,s, los secesionistas y los protofascistas de "We can", prácticamente condena al fracaso sus pretensiones reformistas.
Si tan poco nos gusta nuestra clase política, por qué querer formar parte de ella. Frente a la oligarquía, solo cabe conquistar la libertad constituyente:
Con el cariz que están tomando los devaneos judiciales que acosan al PP y la destrucción desde dentro que amenaza con anular al PSOE, los que aún albergan la esperanza de reformar el sistema bien pudieran sentirse más animados al ver como las dos rémoras que han detentado el poder en nuestra partidocracia ven próximo su final.
ResponderEliminarNo obstante, no deben olvidar que cualquier reforma de calado seguirá precisando de la concurrencia de esos cadávares políticos insepultos que son ya PP y PSOE. Y ya sean Soraya o Cifuentes las que se hagan con las riendas del PP, o Díaz o Sánchez los que pasen a encabezar el PSOE; cualquier pretendida reforma sustancial, que precisaría su apoyo para salir adelante, sólo lograra dotar de nueva legitimidad al corrompido sistema y a sus pasados y vigentes usufructuarios.
Y dicho sea de paso, no veo a ninguno de los nombrados defendiendo que se cambie la ley electoral para que podamos estar representados por nuestro diputado de distrito. Con respecto a C's, sus "ideas" van de las listas abiertas (que es más de lo mismo, dado que sigue sin existir representación del elector), al modelo "parlamentario" alemán, que mezcla diputados elegidos por sistema proporcional y mayoritario (rebajando a los segundos a la altura de los primeros); a la vez que propone eliminar el único caso en el que los españoles podían votar en "listas abiertas" eligiendo a su representante de forma mayoritaria. Lástima que el Senado, en nuestro "bicameralismo imperfecto", no sirva para casi nada (el "casi" es porque, al menos, asegura un buen sueldo para algunos)
Lo triste es que en medio de este lodazal no aparezca, como he dicho tantas veces, una alternativa liberal (en forma de coalición de partidos y movimientos) con 5 o 10 propuestas claras.
EliminarReitero que contra lo que se debe luchar no es contra los elementos corruptos, partidos políticos estatales, sino contra el sistema en su conjunto. La corrupción es sistémica. Es un factor de gobernabilidad en una partitocracia. Y ello nunca podrá criticarse con la contundencia que precisa estando dentro del sistema, convirtiéndose en parte del mismo. Ahora más que nunca, estando las instituciones están casi unánimemente desacreditadas, cualquier alternativa que ansíe un cambio radical, máxime si persigue instaurar las reglas de juego que conviertan a España en una democracia formal (separación de poderes, representación del elector, sometimiento de los partidos a la sociedad civil), no puede desarrollarse desde dentro. Constituir un partido más, integrado en el sistema, sentándose al lado de los postfranquistas del PP, los neofranquistas del PSOE y C,s, los secesionistas y los protofascistas de "We can", prácticamente condena al fracaso sus pretensiones reformistas.
ResponderEliminarSi tan poco nos gusta nuestra clase política, por qué querer formar parte de ella. Frente a la oligarquía, solo cabe conquistar la libertad constituyente:
https://www.ivoox.com/ft-libertad-constituyente-frente-a-oligarquia-audios-mp3_rf_18176823_1.html