Antaño uno no podía leer ni un solo texto defendiendo las corridas de toros. Se daba por hecho el asunto y punto. En el día de hoy cada vez son más los artículos defendiendo el asunto. Los argumentos solamente tres y los mismos en todos. Ataque a los animalistas, defensa de la tradición y decir que el toro bravo vive como un rey hasta que le matan. Punto. Nada, por supuesto, del centro de la cuestión, que no es otro que el terrible sufrimiento de un animal torturado salvajemente hasta la muerte por pura diversión. Porque ahí el debate está completamente perdido.
Pero el hecho de que cada vez haya más escritos en defensa de las corridas de toros lo que viene a demostrar es que los defensores de dicha matanza están a la defensiva, sabiendo que los que defienden su prohibición son cada vez más numerosos. Por eso me gusta ver que aumentan en número esos textos (y no es ironía, es la verdad). Hasta que multitudinariamente tengan que pedir que se reinstaure, cuando desaparezca. Cosa que ocurrirá. Aún tardará tiempo, pero sí, ocurrirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.