martes, 23 de enero de 2018

Antonio Caño, director de "El País": haced lo que yo digo, no lo que yo hago

Las palabras de Antonio Caño, director de El País, con ser ciertas, se tornan en hipócritas en un medio que ha hecho
exactamente lo que él condena. Palabra por palabra.


Unos ejemplos.

“Es urgente defender la verdad frente a la mentira, y mucho más frente a la posverdad, que es la mentira premeditada y organizada”. Cierto. ¿Pero acaso no ha mentido El País vez tras vez, a la vez que otras muchas veces ha aireado únicamente la parte de la verdad que le convenía, practicando la peor de las mentiras, que es la verdad a medias?

El director de EL PAÍS desde 2014, Antonio Caño, ha advertido este miércoles en una conferencia en la Universidad de Navarra del peligro de extinción del periodismo, “del periodismo de calidad”. Totalmente de acuerdo. A lo que El País ha colaborado con total entusiasmo.

En un momento histórico en el que este es “más demandado y más necesario que nunca”, ha pedido a los futuros periodistas que desechen “el sectarismo”, que solo genera lectores pasivos “dispuestos a creer cualquier propaganda”. Absolutamente verdad. Pero hace gracia o da pena leerlo del director de El País, que ha hecho del sectarismo a favor del PSOE su santo y seña durante décadas.

Por ello, ha reclamado a los periodistas que contribuyan a “crear lectores críticos que sepan defenderse de la masiva amenaza moderna de la intoxicación”. Una vez más lo que dice es completamente cierto. Como de igualmente es completamente cierto que El País ha hecho exactamente lo contrario, intoxicando cada vez que le convenía (a él y a su PSOE) para que sus lectores se lo tragasen sin el menor análisis.

“Dejar que fuerzas oscuras impongan sus mentiras frente a los ciudadanos indefensos es un camino seguro hacia la tiranía”. Verdad. Pero, ¿se está refiriendo a El País para imponer su agenda sin reparar en medios?

“Si el periodismo está al servicio de intereses políticos manifiestos, como es el caso de TV3, no hay futuro para el periodismo”. Otra vez da en el centro de la diana. Igual que ese centro de la diana es que el periodismo de El País ha estado y está al servicio de intereses políticos manifiestos, los del PSOE.

El director de EL PAÍS ha reconocido que la crisis y la transformación tecnológica, que han supuesto una reducción de la publicidad, han debilitado a las empresas periodísticas. Aun así, se ha mostrado convencido de que seguirán existiendo lectores y un público interesado “en las noticias”. Por supuesto. Pero esas "noticias" en las que están interesandos los lectores están cada vez menos en los periódicos tradicionales y más en digitales de todo tipo que les están destrozando a través de dos leyes que ellos odian, pero contra las que en internet no pueden hacer absolutamente nada: la ley de la competencia y la ley de la oferta y la demanda. Por eso el día del entierro de El País y muchos otros como él no seré yo quien llore sobre su tumba.

En fin, extraordinarias palabras de Antonio Caño... que El País ha ignorado durante decenios. Un caso clarísimo de fariseísmo: haced lo que yo digo, no lo que yo hago.

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