No cabía esperar otra cosa, es evidente. Pero por más sabido que fuera, no deja de ser lamentable.
El Decálogo de la Fundación de Víctimas del Terrorismo para construir la paz es básico, elemental. Se habla de conceptos como Estado de Derecho, que los terroristas son criminales, que no se puede olvidar a las víctimas, que hay que defender la paz y la libertad a la vez, que no se puede primar a los terroristas por encima de las víctimas, y que lo que hay que hacer con el terrorismo es vencerlo. Vamos, lo normal.
Pues eso el Congreso de los Diputados de España lo ha rechazado. Por iniciativa del Gobierno y su partido, el PSOE, por supuesto.
Estamos padeciendo el Gobierno y el Congreso con menos dignidad de toda la reciente democracia española. Un Gobierno y un Congreso que deciden negociar con asesinos y dar la espalda a las víctimas.
Que triste, que amargo.
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