Me encanta poder leer las palabras textuales cuando estoy interesado en lo que ha dicho un político, porque cada vez más desconfío de las interpretaciones que dan a dichas palabras los periodistas, siempre ansiosos de arrimar el ascua a su sardina. Por eso ha sido gratificante poder leer las palabras de Mariano Rajoy después de su entrevista con Zapatero.
Y el título de este texto lo dice todo: La posición de Rajoy y el PP, puesta muy en claro por sus palabras, es simplemente genial.
Como no podía ser de otra manera, Rajoy le ha ofrecido a Zapatero su apoyo "para acabar con ETA" (muy importante esa palabra, "acabar"). Ahora bien, ha dejado totalmente claro que ese "final de ETA" no puede ser a cualquier precio. Y como introducción ha mencionado tres cuestiones a respetar:
1. "La democracia constitucional".
2. "Lo que han expresado los ciudadanos en las ejemplares movilizaciones sociales que se han producido".
3. "Los derechos de las víctimas a la dignidad, a la memoria y a la justicia".
Claro, que dichas cuestiones podrían tener muchas interpretaciones. Así que, si Rajoy se hubiera quedado ahí, podría haber sido calificado de ambiguo. Incluso después de esa frase de "le he pedido al presidente que no se precipite y que no de pasos que comprometan al Estado", que también podría implicar varias cosas.
Pero es que Rajoy ha ido al centro de la cuestión cuando ha mencionado (y, además, asegurando que es "para que nadie se llame a engaño") los cuatro puntos que yo considero el meollo de toda su intervención:
1. Que el Gobierno no tomará ninguna medida que pueda interpretarse directa o indirectamente como una contrapartida política a la banda terrorista ETA.
2. Que no habrá concesiones a ETA ni directa ni indirectamente.
3. Ninguna mesa puede proponer o plantear ningún cambio en la legalidad vigente, ni en la del País Vasco, ni en la de Navarra, ni en la del conjunto de España.
4. Y no habrá ningún contacto con organizaciones terroristas u organizaciones ilegales para tratar de estos temas.
Más claro, imposible. A lo que ha añadido algo que tampoco tiene desperdicio:
También le he dicho que el Estado de Derecho no está en tregua y que, por tanto, el Gobierno, el Ministerio Fiscal, el Poder Judicial, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la Administración Penitenciaria deben seguir cumpliendo de manera escrupulosa la ley y, especialmente, la Ley de Partidos.
Ahí está el listón por el que Zapatero debe pasar para tener el apoyo del PP. Ahí está el límite del diálogo con ETA. Ahí queda establecida la frontera infranqueable que el PP nunca podrá cruzar.
Ni contrapartidas políticas, ni concesiones, ni cambios en la legalidad vigente, ni tratos con ETA o Batasuna sobre estos asuntos. Y cumplimiento estricto de la ley.
La pregunta que yo me hago es ésta: ¿Podrán Zapatero y su gente (Gobierno, PSOE, PSE) seguir adelante con las conversaciones con ETA y a la vez cumplir estas justas exigencias?
Si no es así, Rajoy y el Partido Popular estarán no a su lado, sino frente a él. Porque Rajoy ha dicho "sí", pero ese "sí" no es un cheque en blanco, y eso ha quedado completamente claro.
Nuevamente estoy convencido, como ya escribí hace poco, que Rajoy ha tomado el toro por los cuernos y se ha convertido ni más ni menos que en el garante político de que el Gobierno no pague un precio político a los asesinos. Pero ahora no solamente desde la sobriedad y desde la firmeza, sino además desde la genialidad.
Tiene Rajoy poco margen de acción pero ojalá sepa como hacer entrar en razón a Rodríguez el Traidor.
ResponderEliminarLa oposición desgasta mucho. Sobre todo cuando el presidente del gobierno se improvisa a sí mismo.
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