Me he ido a la página web de La Moncloa y allí me he encontrado con la llamada Declaración institucional del presidente del Gobierno tras el anuncio de alto el fuego de ETA.
Y en dicha declaración lo que me encuentro es una perogrullada tras otra:
"el Gobierno va a abordar la nueva situación con prudencia". Evidente. ¿Acaso era de esperar que la abordara con agitación o con premura?
"estaremos ante un camino que será duro, difícil y largo". ¿Alguien esperaba que fuera blando, fácil y corto?
"un camino que tenemos que recorrer todas las fuerzas políticas democráticas juntas". ¿Se podía suponer que hablara de que lo ideal sería que las fuerzas políticas estuvieran divididas?
Y así sucesivamente. Hasta llegar al final:
"A partir de ahí, también quiero decirles que en ese proceso que tenemos por delante iré con calma, con prudencia, cubriendo cada etapa y cada paso con el máximo concurso de las fuerzas políticas y, por supuesto, siempre en el ámbito de lo que son la democracia y la legalidad, que son en definitiva quienes tienen que dar el empuje definitivo al fin de la violencia."
Pues claro. Todo evidente. De Perogrullo. Pero, ¿y qué del contenido del comunicado de ETA? ¿Qué de las demandas que exige ETA? ¿Se niegan o se discutirán? De eso, nada de nada.
Lo que ha dicho Zapatero, como siempre, son palabras vacías de contenido, porque en los hechos pueden significar casi cualquier cosa. Lo que no ha dicho Zapatero sí que es inquietante. Muy inquietante.
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