Hemos visto un total de once elecciones de Presidente de Gobierno en España. El sistema para calificarlas dije en su día que era el siguiente:
El sistema será sencillo. Quiero analizar hasta que punto fueron los partidos políticos y no los ciudadanos los que decidieron los gobiernos. Y utilizar tres colores para concluir el texto: Verde cuando la elección de los partidos hubiera coincidido con total seguridad con la de los ciudadanos; amarillo cuando, aún sin esa seguridad total, hubiera bastantes posibilidades de que los ciudadanos hubieran elegido ese mismo gobierno; y rojo cuando hay muchas dudas de la voluntad de los ciudadanos en la elección que hicieron los partidos.
Pues bien, por ese sistema ningún Presidente obtiene el color verde, porque ni una sola elección de Presidente de Gobierno fue democrática, que se dice pronto, ya que ninguno de ellos llegó a tener más del 50% de los votantes a su favor en voto directo en las urnas.
Por los pelos se pueden salvar solamente tres con el color amarillo, las elecciones de Felipe González en 1982 y 1986 y la de Aznar en 2000. Y las otras ocho, con el rojo de la antidemocracia. Dos de ellas totalmente escandalosas, la no investidura de Suárez en 1977 y la elección de Calvo-Sotelo en 1981 sin elecciones. Y las otras seis, Suárez en 1979, González en 1989 y 1993, Aznar en 1996, y Zapatero en 2004 y 2008, con unos resultados que hacían imposible saber a quien querían los ciudadanos como Presidente, y ante ello fueron los partidos políticos los que tomaron la decisión.
Cuando de once elecciones de Presidente de Gobierno solamente tres pueden salvarse por los pelos, con el color amarillo de la precaución, y el resto, ocho, son condenadas como no democráticas con el color rojo, no saliendo ninguna con el color verde democrático, algo falla en el sistema electoral español. Y lo que falla es que los ciudadanos nunca han podido decidir quien sería el Presidente de Gobierno, sino que lo han hecho en su lugar los partidos políticos. ¿Es eso democracia? ¿Es eso gobierno de los ciudadanos? Por supuesto que no. Es simplemente un gobierno de los partidos políticos, es decir, una partidocracia.
España, partidocracia (serie)
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