Leemos mucho de ultracatólicos, queriendo dar a entender el que lo escribe una visión negativa de unos fanáticos religiosos que defienden cosas como la prohibición del aborto, que una unión entre personas del mismo sexo no se llame matrimonio o que, en el tema de la transexualidad, se mantenga un cierto equilibrio entre la naturaleza y los deseos. Son solo ejemplos, pero lo digo para que nos entendamos.
Por otra parte, esos mismos que escriben de ultracatólicos también lo hacen de musulmanes moderados, queriendo con ello definir positivamente a unos religiosos del Islam que están en contra de que otros religiosos del Islam se dediquen a matar gente.
Pero, curiosamente, las mismas cosas que creen los ultracatólicos también las creen los musulmanes moderados. Con el agravante de que los musulmanes moderados creen además, por ejemplo, en imponer reglas de vestir a las mujeres, castigar duramente a los homosexuales por serlo, a las mujeres que tienen relaciones antes o fuera del matrimonio y a las personas que abandonan su religión, cosas que los ultracatólicos no creen.
Con lo que queda de manifiesto la diferente vara de medir a unos y a otros. Porque si fueran justos, tomando en cuenta todo el cuerpo de creencias, tal vez habría que hablar de católicos moderados y de ultramusulmanes. Pero claro, eso no queda cool. Y lo dice alguien que no forma parte de ninguno de los grupos religiosos mencionados.
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