Ayer escribí del posible interés de Rajoy en ir a unas terceras elecciones... si puede, añado hoy. Porque en medio tiene a Pedro Sánchez, a quien todos parecen haber olvidado, porque ha pasado, y no precisamente por casualidad, a un discreto segundo plano. Pero ahí está. Y recordemos que hasta el rabo todo es toro.
Muchos piensan que al final se acabará plegando "por razones de Estado" y terminará facilitando la Investidura de Rajoy con las abstenciones necesarias. No lo creo. Si hace eso estará firmando su final político, que sería sin duda en el Congreso del PSOE, que se celebraría en otoño (es la decisión más que evidente tras haber consechado dos veces consecutivas los peores resultados para el PSOE y, además, haber apoyado a su eterno rival político para que se convierta en Presidente). La única solución a esa muerte política anunciada pasa por dos posibilidades. O se convierte en Presidente, con un apoyo más que variopinto, o, como mal menor, va a unas terceras elecciones, que, tras el partido de las primeras y la prórroga de las segundas, sería jugárselo todo a los penaltis.
¿Que tiene muy pocas posibilidades? Eso esta más que claro. Pero muy pocas son bastantes más que ninguna, que es lo que tendría de convertirse Rajoy en Presidente. ¿Alguien espera que Pedro Sánchez se suicide políticamente? Yo no.
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