La defenestración de Pedro Sánchez fue un golpe en toda regla (de estado, de partido o de otra cosa, pero golpe al fin y al cabo). Lo curioso es que en su ostracismo posterior colaboró sin saberlo el propio Sánchez. La dimisión como diputado fue un punto crítico, ya que le alejaba del escenario por excelencia de la política. Aconsejado para ello por su fiel compañero Patxi López, que estuvo en las mismas batallas que Pedro Sánchez. Claro, hasta que el susodicho se fue. Porque entonces le falto tiempo al vasco para votar lo que ordenó la Gestora (ya saben lo de digo y Diego, ¿verdad?) y postularse como candidato a Secretario General.
Dentro del PSOE está claro que hay dos corrientes (por decirlo así) bastante definidas. La centrista, que todo apunta a que será defendida por Susana Díaz y la izquierdista. Pues bien, está última parece que va a ser abanderada por dos líderes, López y Sánchez, lo cual les condena a los dos al fracaso, al dividir los apoyos (las primarias se juegan en una votación y gana quien más votos tenga, sin doble vuelta en caso de que ningún candidato consiga más de la mitad, que para eso España no es Francia).
Es evidente que Pedro Sánchez quiere regresar a la Secretaria General del PSOE para montarla parda. Y eso, claro está, hay muchos que se lo quieren impedir. Pero si el antiguo líder socialista se enfrenta con Susana Díaz yo creo que va a machacar a la andaluza, porque él cuenta con el apoyo mayoritario de las bases, gracias a que con el golpe los actuales dirigentes le convirtieron en un mártir.
Dicho lo anterior me hago una pregunta: ¿es por ello que ha aparecido la figura de Patxi López, para restar apoyos a Pedro Sánchez y que acabe ganando la Secretaría General Susana Díaz? No estoy seguro, pero me parece posible. Solo el tiempo nos dará la respuesta. Si el vasco se apea de las primarias es que era que no, pero si sigue hasta el final es que aquí hay gato encerrado.
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