Si hay una figura política que ha hecho daño a España es la de Rosa Díez. Lo hizo con su terquedad irrazonable de no querer coaligarse con Ciudadanos, hasta el punto de que los votantes le dieron la espalda a ese proyecto nacional y regenerador (las dos cosas de verdad) que era UPyD. En su lugar tenemos a Ciudadanos, que viene a ser UPyD pero sin cafeína y sin azúcar, o sea, nacional cuando conviene (en Cataluña andan cambiando el discurso poco a poco) y regenerador a medias (o a cuartos, que ahí están los casos andaluz, madrileño y nacional).
Ayer hablé de que los partidos políticos en España son, más que eso, organizaciones mafiosas. UPyD se atrevió a llamar al pan pan y al vino vino. Algo que Ciudadanos hace con la boca chica (o dice, pero al final mira para otro lado). Tal vez por eso UPyD pasó a mejor vida y Ciudadanos está, a pesar de todo, ahí. ¡Ay, Rosa Díez, cuanto te echo de menos!
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