Las dos noticias hielan políticamente la sangre. Por un lado se nos dice que un detective avisó a Díaz Ayuso de que le pidieron espiar a su familia desde una empresa municipal; esa es la noticia original, que es de pago, pero podemos encontrar lo mismo cuando se nos informa de que la dirección nacional del PP intentó contratar detectives para espiar a familiares de Díaz Ayuso. Y por otro lado leemos que el PP de Casado investiga si Ayuso favoreció a su hermano en un contrato público.
Hace tiempo escribí sobre el tema. La clave posiblemente sea este párrafo del artículo de El País:
Otros dirigentes populares explicaron este miércoles a EL PAÍS que la dirección nacional del PP amenazó en aquella reunión a la presidenta de la Comunidad de Madrid con difundir la información sobre los contratos sospechosos si Ayuso no se retiraba de la carrera por la presidencia del PP de Madrid.
Y como la madrileña no es que no se retiró, sino que siguió reclamando lo que en justicia le pertenece, pues están yendo a por ella con todo. El problema no es Ayuso, porque en política todos tienen cola que pisar. El problema son los chiquilicuatres que están montando esta guerra contra ella. ¿Así piensan ganar las elecciones generales? ¿Matando políticamente al mejor activo que tienen? Es algo tan sumamente estúpido que parece increíble. Por lo políticamente suicida. Y Sánchez se tiene que estar riendo a carcajadas.
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