"Alemania modifica la ley contra los delitos sexuales y facilita la expulsión de extranjeros."
El mismo artículo aclara de donde proviene dicha ley:
"La ley ha sido diseñada por el Gobierno en buena medida como respuesta a las centenares de denuncias por agresión sexual registradas en la pasada Nochevieja en Colonia, donde grupos de hombres, en su mayoría inmigrantes, atacaron o acosaron a mujeres en los alrededores de la estación central de la ciudad."
Del estúpido buenismo de Angela Merkel de "todos los inmigrantes bienvenidos" (¿esperaba poder meter en Alemania a todos los habitantes de Africa y Asia?) se ha pasado a este comienzo de realismo. Y digo "comienzo" con toda intención, ya que no es ni mucho menos suficiente. Porque la realidad, cruda realidad, es ésta:
"Mas de 1.200 denuncias ha recibido la policía por los hechos de Colonia, de las que medio millar son por agresiones sexuales. En 21 de los casos la denuncia fue por violación o intento de violación. Ninguno de estos sucesos ha sido aclarado hasta la fecha, ante la dificultad de identificar a los agresores, la mayoría de origen norteafricano, según la descripción de las victimas. Muchos de ellos estarían en situación ilegal o sin residencia fija en Alemania."
Así están las cosas. De lo que sirvió la triste Nochevieja en Alemania fue para que los alemanes empezasen a abrir los ojos de ese, repito, estúpido buenismo de "to er mundo e güeno". Las mujeres que sufrieron los abusos sexuales se van a quedar en su práctica totalidad así, abusadas y sin que se haga la menor justicia. Esperemos que se pongan los medios para que algo así no vuelva a suceder jamás ni en Alemania ni en ningún país occidental.
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