Después de escribir el anterior párrafo (que era originalmente el único que iba a escribir en este texto) me encuentro un resumen del artículo en Vozpópuli. Me quedo helado. Textual:
Pese a las diferencias, considera a su actual presidenta como un "activo político muy importante". ... El líder que encabece este proyecto tiene que salir de la refundación y en ningún caso "puede ser Inés. La gente no va a entender cómo se va a refundar algo con los mismos líderes".
Inés Arrimadas es "activo político muy importante" de Ciudadanos, pero quien lidere el nuevo proyecto en ningún caso "puede ser Inés". Dice Bal. Y añade que "la gente no va a entender cómo se va a refundar algo con los mismos líderes". En plural. "Líderes". Pero claro, Arrimadas está entre esos "líderes"; él no.
Dice Bal que su relación con Arrimadas ya no es la que era, porque él no comparte el modelo de partido que la líder plantea. Es posible. Pero lo que es interesante es que Bal no menciona para nada el enorme patizano que él, el gran abogado del Estado, dio cuando llevó al grupo de diputados de Ciudadanos en el Congreso a avalar incondicionalmente la ley del solo sí es sí, algo con lo que Inés Arrimadas no estaba de acuerdo, y que la jerezana se lo ha recordado hace poco, vistos los desastrosos resultados de esta ley, recordatorio que él no encajó nada bien.
También me entero de que no resultó elegido directamente en las elecciones generales en las que se presentó, sino que obtuvo su escaño cuando Albert Rivera renunció. Vamos, que le debe su protagonismo actual a la confianza que Inés Arrimadas depositó en él.
¡Ah! Y hay que recordar lo de "dame un abrazo, Inés" hace nueve días. Conmovedor. Repito, hace nueve días.
Lealtad, decía el muchacho. Hay que ver como la política saca lo peor de las personas. Supongo que no de todas, porque habrá excepciones. Pero sin duda una de ellas no es Judas Bal.
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