Foucault y Jomeini

Foucault fue un filósofo francés, ateo y homosexual, de ideas totalmente izquierdistas. Lo curioso es que fue un ferviente admirador de Joemini, antes y después de que éste triunfara en Irán, antes y después de que sometiera a aquel país a una terrible dictadura religiosa, antes y después de que ejecutara a homosexuales por el mero hecho de serlo.

Este hombre, desde la laica y democrática francia, llegó a escribir, después de visitar Irán tras el triunfo de la revolución, y con Jomeini ya en el poder, cometiendo todo tipo de tropelías teocráticas islamistas, que la revolución iraní ha introducido la dimensión espiritual en la política, algo de lo que los occidentales nos hemos olvidado desde el Renacimiento.

Y, ojo, repito que esto lo escribió un filósofo con enormes estudios (era también historiador, psicólogo y profesor universitario en Estados Unidos), que era ateo y homosexual.

Foucault murió en 1984, a la edad de 57 años, de SIDA, en París, siguiendo admirando a Jomeini y a la revolución teocrática musulmana iraní. Si hubiera vivido en Teherán no hubiera muerto de SIDA, sino que le hubieran ejecutado por ser homosexual, o por ser ateo, o por ambas cosas a la vez.

¿Por qué lo traigo por aquí ahora? Hace un par de días me enteré de su existecia a través de un artículo de opinión en Libertad Digital y posteriormente estuve buscando algunos datos de él. Creo que es un claro exponente de la esquizofrenia política izquierdista, de la ceguera de realismo causada por una venda de ideología fanática de una gran parte de nuestra sociedad, del autoodio occidental de una parte importante de sus integrantes, y del camino hacia un suicidio social producto de todo lo anterior.