El primer ministro francés, Manuel Valls, estudia prohibir "por un tiempo" la financiación por parte de países extranjeros de la construcción de mezquitas en suelo francés, según declara en una entrevista al diario Le Monde. Días después del último atentado yihadista en Francia, el jefe del Ejecutivo socialista aboga también por reflexionar sobre una nueva “relación con el islam en Francia” y que todos los imanes que ahí ejercen sean formados dentro del país.
Y repito, como he dicho en otras ocasiones, que esto no pasa en un país dictatorial regido por un gobierno de extrema derecha, sino en la democrática (y, dicho sea de paso, laica) Francia dirigida por un gobierno socialista.
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