sábado, 21 de enero de 2017

¡Huy, qué miedo!

El mundo tiembla porque Trump ha dicho que va a poner los intereses de los estadounidenses primero y que va a dejar que cada país solucione sus propios problemas, sin intentar imponer el estilo de vida estadounidense a nadie. Deberían aplaudir con las orejas, pero no, lloran como plañideras. Los mismos llantos en periódicos de derecha y de izquierda. "¡No puede ser, Estados Unidos no se puede desentender del mundo!" Incluso los hay que dicen que eso será una auténtica hecatombre. ¿Pero no habíamos quedado en que el intervencionismo de Bush (hijo) fue catastrófico? Y ahora que aparece este hombre que quiere hacer lo contrario, todos se echan las manos a la cabeza.

Pues, aunque el sujeto no es santo de mi devoción, sino que más bien me produce un completo rechazo, debo decir que estoy básicamente de acuerdo con su discurso. Destaco algunos puntos:

Los estadounidenses quieren grandes escuelas para sus hijos, barrios seguros para sus familias y buenos trabajos para ellos mismos. Son las demandas justas y razonables de personas rectas.
Lo firmo, sí.

Cada decisión sobre comercio, impuestos, inmigración, relaciones exteriores, será tomada para beneficiar a los trabajadores estadounidenses y a las familias estadounidenses.
Como debe ser.

Construiremos nuevas vías, y autopistas, y puentes, y aeropuertos, y túneles, y vías férreas a lo largo de nuestra maravillosa nación. Sacaremos a nuestra gente de la ayuda social y la regresaremos al trabajo, reconstruyendo nuestro país con manos estadounidenses y trabajadores estadounidenses.
Eso es lo que ha hecho a Estados Unidos un gran país.

Intentaremos ser amigos y mostrar buena voluntad con las naciones del mundo, pero lo haremos en el entendido de que todas las naciones tienen derecho a poner sus intereses primero.
Es lo que debe suceder. Cada país pone sus intereses primero. Estados Unidos también.

No buscamos imponer nuestro estilo de vida a nadie.
Posiblemente la mejor frase del discurso. Que cada país siga su propio camino.

Uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo radical islámico, que vamos a erradicar completamente de la faz de la tierra.
Es lo que hace falta que suceda de una buena ver.

Evidentemente el discurso contiene grandes dosis de demagogia (el tipo de un demagogo en grado superlativo). Pero creo que hay que darle el beneficio de la duda. Desde hoy habrá que juzgarle por sus hechos y no por sus palabras. Vamos a ver si cumple lo que ha prometido.

4 comentarios:

  1. Se le debe juzgar por los hechos y no por las palabras.
    En principio dos hechos positivos, pero que muy positivos, para los estadounidenses:
    La firma del decreto del principio del fin del Obamacre.
    La desaparación de la web de la Casablanca de la página dedicada a los LGTB.

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  2. Es curioso que la progresía mundial le niego los famosos 100 días de gracia que se otorga a cualquier otro...

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