jueves, 19 de enero de 2017

La hija de mi amiga

19 años, mona, inteligente, decidida... hasta que conoció a ese tipo, drogadicto y violento, hace un par de años. Recuerdo cuando me hablaba de las clases avanzadas que hacía, para poder ir directamente a la universidad sin pasar por el college, donde pretendía conseguir su Doctorado en Medicina. Y estaba en el camino correcto para conseguirlo, porque sus notas eran de verdad buenísimas.

Pero entonces apareció él. Mal encarado, con pinta de maleante. No sé que vio en él que la atrajo, lo único que se me ocurre es que él es gringo y ella hispana, porque la verdad es que el tipo no vale para nada (le conozco personalmente). La madre de la chica (mi amiga) se opuso a la relación desde el principio, lo que finalmente produjo que la muchacha se fuera a vivir con el fulano durante un verano. Finalmente regresó a casa a través de la mediación de una amiga de la madre, para graduar de la high school. Pero siguió la relación con él. Se graduó, sí, pero a trancas y barrancas, nada que ver con las notas que sacaba tan solo un año antes. Y se fue a vivir con este tipo. Un día su madre me dijo que el muchacho acabó en el hospital... por consumo de drogas... o sea, drogadicto y necio, porque las consume y no sabe ni como usarlas (no tenemos claro el tipo de drogas en cuestión).

Y luego llegaron las llamadas de ayuda de la chica a su madre. La primera, por gritos y amenazas. La madre fue y la trajo a su casa. A los pocos días estaba otra vez de regreso con el novio. Y llego la segunda llamada. Esta vez fue por una agresión física. De nuevo la madre acudió a socorrerla y la trajo a la vivienda de ella. No creo que estuvo allí ni una semana. Otra vez de vuelta con el sujeto. Y hace pocos días se produjo la tercera llamada, a la una de la madrugada, en medio de una fortísima pelea, para que la madre fuera a recogerla. La madre le dijo que no podía, porque había tomado unas pastillas y no podía conducir bajo el efecto de las mismas, pero que lo haría con toda seguridad al día siguiente. Y cuando la telefoneó, la respuesta fue que no fuera, que ya habían arreglado las cosas.

La madre le ha dicho una y otra vez a la chica que no espere a que las cosas se pongan peor, que le deje ya, que el tipo no va cambiar. Incluso la ha dicho que viviendo con ese sujeto puede acabar en el hospital (por una paliza), o en la cárcel (por los malos pasos en los que él anda), o en el cementerio (si algo se sale de control por completo). Pero nada. Dice la muchacha que "sería muy duro vivir sin él, porque le amo". ¿Recordáis mi texto Good girls like bad boys? Pues eso.

4 comentarios:

  1. Pues dejalo ahí,porque si se te ocurre hacer un comentario ajeno a estos tiempos gilipollas que padecemos,te caerá una buena y la secta te puede mandar su ganado a darte por saco a casa.

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    1. La ideologia por delante de la realidad, por desgracia. Pero es que la realidad es tozuda.

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  2. "Sarna con gusto no pica"

    Hay tantas desgracias en el mundo que quizás es preferible reservar la compasión para los que las sufren sin culpa; accidentes, enfermedades, pobreza, persecuciones no provocadas, ... Los que sufren desgracias como consecuencia de sus errores reiterados están en una segunda categoría, a resolver solo cuando las de la primera hayan sido corregidas. No es ser insensible; es solo tener unas prioridades correctas.

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    1. Lamento las desgracias. En el caso que me ocupa, la chica me cae estupendamente. Y si le sucede algo malo me dolerá. Pero es que no escarmientan hasta que les sucede.

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